Esencialmente, el vampiro es el cuerpo reanimado de un muerto que sale de su tumba, deambula por la noche en busca de alimento y viene a beber la sangre de las personas dormidas. Al beber el fluido vital de sus víctimas, se mantiene en muy buen estado de salud y al margen de la descomposición que se produce después de la muerte. El toma, pero no da nada; cuanto mucho, ofrece muerte y, lo que es peor aún, sus propios rasgos de la muerte. En efecto, el vampiro vampiriza. Como ser nocturno, una vez satisfecha su sed vuelve a su tumba a dormir. Ciertamente, el vampirismo no se hubiera impuesto a las imaginaciones y conciencias si no hubiese hundido sus raíces en las creencias humanas más antiguas y respondido a un arquetipo. Para muchos, el vampiro también puede ser un hombre que ha elegido la salvación, imposible, de su cuerpo antes que la del alma, en la que ya no cree. Este libro indaga un amplio espectro sobre el vampiro y sus múltiples caras -su verdadera historia, su tradición, su relación con el poder y con la sangre, las diferentes expresiones literarias y filosóficas-, casi hasta agotarlo; aunque todos saben que esto es imposible, porque el vampiro nos absorbe y sobrevive a través de la vibración de nuestra escritura.