La oleada de protestas que recorre el mundo árabe desde hace algo más de un año responde a un inicial efecto de contagio de la revuelta tunecina. En opinión del profesor Abu Tarbush, esta concatenación de las revueltas políticas en la mayoría de los países del Magreb, Oriente próximo y parcialmente, del Golfo encuentra su mejor explicación en las causas estructurales compartidas por los Estados y sociedades árabes.