A finales de la década de los años treinta, en octubre de 1939, Pedro Bidagor presentaba a la Primera Asamblea Nacional de Arquitectos las directrices urbanísticas de crecimiento y reconstrucción de Madrid. En 1941 se concluía la redacción del Plan General de Ordenación de Madrid, y en 1944 se aprobaba mediante la Ley de Bases, ratificada en 1946 por la Ley Articulada.