La noche del 13 de febrero de 1945 las alarmas de la ciudad alemana de Dresde sonaron, como lo habían hecho muchas veces antes. Siempre eran falsas alarmas, pero esta vez fue distinto: en la mañana siguiente, más de mil aviones aliados habían soltado 4.500 toneladas de explosivos, la ciudad había sido arrasada y al menos 25.000 habitantes (y tal vez muchos más) habían muerto bajo las bombas. En Dresde, considerado un clásico de la literatura bélica, el escritor inglés Frederick Taylor narra con precisión y maestría este bombardeo, uno de los más polémicos de la Segunda Guerra Mundial.