Rimbaud escribe mientras camina. Rimbaud camina o, mejor dicho, mastica al murmurar el poema que viene y que, una vez terminado, parece haber salido de un tirón... la caminata-murmullo se oye en el poema en marcha. Rimbaud, hombre de paso, se sumerge hacia el fondo de lo desconocido y nunca se sabe donde volverá a salir.