Esta sustancia elaborada por las abejas a partir del néctar de las flores es uno de los alimentos más antiguos de los que se ha beneficiado el ser humano. Con un color que oscila entre el ámbar claro y el castaño oscuro, según su procedencia, la miel es un producto muy complejo formado por más de cien sustancias, que nos brinda un sinfín de virtudes. Un tesoro nutritivo y medicinal al que merece la pena prestar atención más allá de considerarlo un mero endulzante. Pero la colmena también produce otros fantásticos productos en los que nos detendremos: el polen, la jalea real y el propóleo son considerados, hoy, excelentes suplementos dietéticos. Sin olvidarnos del veneno de este singular insecto, que la apiterapia utiliza con fines curativos y que ha demostrado su eficacia en algunos casos.