Conseguir que tu hijo se centre en sus deberes o tareas, en un mundo lleno de distracciones (televisores, ordenadores, videojuegos...) es una batalla constante. Pero, afortunadamente, la concentración -pieza fundamental de la inteligencia- se puede enseñar y con ello puedes ofrecer a tu hijo la oportunidad de mejorar su rendimiento escolar y adquirir hábitos que le resultarán útiles a lo largo de su vida.