Este Catecismo patriótico español, publicado en 1938 y libro de texto para las escuelas por orden del Ministerio de Educación Nacional de 1º de marzo de 1939, fue la conciencia moral única y la forja del espíritu nacional-católico desde el final de la Guerra Civil hasta finales de los años cuarenta. Y aunque la distancia intelectual y emocional que impone el paso del tiempo nos hace leer ahora esos cuadernos con una mezcla de sorna y de candidez, y muchas de sus consignas y directrices nos muevan a risa, no debemos olvidar el fin siniestro con el que nacieron: enseñar la obediencia ciega, desde la más tierna infancia, al poder omnímodo del caudillo y de la iglesia. Se trata de un documento prácticamente desconocido hoy que viene a rescatar del olvido lo peor de la aberración ideológica de la dictadura franquista y de todos sus esbirros que, desde el púlpito, ayudaron a predicar y remachar que España por sus notas es: Una, Grande, Libre, católica, imperial y madre de veinte naciones.