Josep Solé Barberà (1913-1988), fue una de las caras más visibles y respetadas del PSUC durante la Transición democrática. Formado en el Ateneu Enciclopèdic Popular y en la Universidad de Barcelona, fue dirigente estudiantil universitario, militó en el Bloc Obrer i Camperol y presidió, en el año 1936, las Juventudes Socialistas Unificadas de Catalunya. Cuando estalló la guerra formó parte del Comité Antifeixista de Reus, fue nombrado Juez de Primera Instancia y se incorporó al Ejército Popular como comisario político. Tras pasar cinco años en la cárcel y cinco más desterrado en La Mancha, pudo volver a Barcelona, ejercer su profesión y convertirse en uno de los principales abogados de presos políticos. La defensa del dirigente comunista Miguel Núñez (1958) y la de miembros de ETA en el Proceso de Burgos (1970), le convirtieron en todo un símbolo. Fue el abogado que más detenidos defendió ante el Tribunal de Orden Público y, en representación del PSUC, uno de los principales artífices de los organismos y las plataformas unitarias de la oposición antifranquista catalana.
