La noche del 26 al 27 de marzo de 1996, siete monjes del Monasterio de Nuestra Señora del Atlas en Argelia fueron secuestrados por un comando del GIA (Grupo Islámico Armado), y nadie volvió a verlos. El 30 de mayo se descubrieron sus cuerpos. El abad del monasterio, Christian de Chergé , había realizado un largo camino de vida hasta alcanzar ese momento final. En un punto de ese camino había llegado a aceptar la posibilidad cada vez más concreta de perder la vida en medio del conflicto que arreciaba en Argelia y, a pesar de eso, había tomado la decisión de quedarse allí junto con sus hermanos, como testigos de paz y en solidaridad con los habitantes del lugar. Envía entonces su testamento a su familia, en una sola hoja escrita de ambos lados, para que se abriera sólo en caso de su muerte. Este texto, leído después de que se conociera la noticia del asesinato, se convertiría en un documento único de visión profética y testimonio cristiano enteramente evangélico y enteramente de Dios. Demostrando que el sentido de nuestra muerte está profundamente relacionado con el sentido de nuestra vida, el hermano Christian había llegado con libertad a la decisión de seguir dando su vida por amor a Dios, por adelantado, sin condiciones, como lo había hecho una vez al abrazar su vocación de sacerdote y monje, como lo había hecho muchas veces al rezar con sus hermanos musulmanes en la profunda convicción de estar orando a un solo Dios, el mismo y el único. Porque no hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Editorial Lumen tiene el orgullo de presentar, por primera vez en español, los escritos esenciales de Christian de Chergé, como un testimonio vivido hasta el final de que la barbarie no es definitiva, de que las religiones no son la raíz de los conflictos bélicos, y de que el encuentro con el otro, el otro que tiene rostro y cuya vida es tan valiosa como la propia, es el encuentro con el rostro de Dios.
