Este libro recoge diferentes intervenciones y di谩logos de don Giussani con los miembros de Familias para la Acogida, asociaci贸n extendida por toda Italia y comprometida durante muchos a帽os en la promoci贸n y el apoyo a la experiencia del acogimiento y de la adopci贸n, y de ayuda a las familias que se abren a esta experiencia. De las 煤ltimas palabras, que describen la verdadera posibilidad de la existencia humana, surge una profundizaci贸n extraordinaria. En una sociedad donde se invoca con frecuencia una calidad de vida diferente, rara vez se pone de manifiesto el elemento fundamental que permite vivir la vida de forma humana: la hospitalidad. 脡sta representa la mejor imitaci贸n del amor de Dios a los hombres y, por tanto, del mismo amor que constituye la vida de Dios: una disponibilidad completa frente a una presencia completa. El supremo ejemplo de acogida es Dios, que ha sentido una piedad tan grande por el hombre que se ha convertido en uno de nosotros y ha muerto por nosotros. Por eso, la acogida es la realizaci贸n m谩s excelsa de la caridad, es decir, del reconocimiento de Cristo, de Dios que nos ha amado. De hecho, acogemos porque somos acogidos; amamos porque somos amados. La palabra hospitalidad, de la cual la adopci贸n es un sin贸nimo concreto, es una expresi贸n significativa del fen贸meno completo de la acogida: no existe objetivamente un acto m谩s grande. Hospedar a una persona es dejarla entrar dentro de las fronteras de nuestra propia vida. A diferencia de las dem谩s formas de caridad, la hospitalidad afecta a la persona completa, no a un aspecto o a una necesidad parcial de ella. La persona revive en el gesto de la acogida o de la hospitalidad y se hace sensible al amor de Cristo por el hombre. Dice San Pablo: No os olvid茅is de la hospitalidad; gracias a ella hospedaron algunos, sin saberlo, a 谩ngeles (Hb 13,2).
