Un fil贸sofo tan rico y complejo como Wittgenstein necesita un presentador y comentarista que conozca a fondo el intrincado mundo cultural de donde provino y que comparta con 茅l algunos de sus gustos y virtudes, algunas de sus fobias y sus man铆as y muchos de sus intereses. Wittgenstein tiene en Jacques Bouveresse al comentarista ideal. Gran conocerdor de la cultura vienesa de fines del siglo XIX, Bouveresse es ese hermano-c贸mplice, ese discutidor inteligente, riguroso, honesto, exigente, que nos brinda en los ensayos recogidos en este volumen un relato fidedigno e iluminador del autor del Tractatus y las investigaciones filos贸ficas.