El dolor en el paciente pediátrico es sin lugar a dudas uno de los problemas de mayor impacto en la salud infantil. Los niños pueden percibir el dolor y ante él elaborar una respuesta similar a la que se observa en adultos, y bajo ciertas circunstancias incluso puede ser más compleja. La evaluación del dolor es especialmente difícil debido a que el llanto puede tener otros orígenes (hambre, temor, sed).