La trashumancia de las ovejas merinas, la más importante actividad económica en tiem­pos medievales, ha logrado sobrevivir hasta hoy, y aún se conserva el grueso del tejido de las cañadas, los senderos por donde los reba­ños transitaban desde las dehesas extremeñas hasta los pastos de verano de los puertos de montaña. El mayoral Justo Prioro, el último de los pastores trashumantes, hace el recorrido por una de las grandes cañadas reales, la de 1a Plata, y al hacerlo va desgranando las peripe­cias y azares del camino, su paso por una Naturaleza y una Cultura que luchan por no desvanecerse, arrolladas por unos tiempos que traen sensibles cambios en los usos y los paisajes. El último trashumante es el canto a ese mundo libre y silvestre de los campos y pueblos españoles, un cofre que contiene el tesoro del latido del ámbito rural, con sus palabras, sus expresiones, sus secretos y sus personajes.