La importancia que en la Edad Media se confirió al personaje del Anticristo ha dejado muestras muy notables en los reinos hispánicos. Aunque en la penÃnsula ibérica existen manifestaciones de preocupación apocalÃptica durante el periodo altomedieval -el caso mas significativo y quizás también mas divulgado es el de Beato de Liébana-, los momentos de mayor proliferación profética se dieron en los siglos XIV y XV Nombres, entre otros, como los de Arnaldo de Vilanova, Vicente Ferrer, Juan Unay o MartÃnez de Apiés, a los que hay que sumar un vasto conjunto de profecÃas anónimas de signo apocalÃptico, brindan un completo repertorio sobre las diferentes lÃneas de desarrollo con que en estos siglos arraigó la creencia en el Anticristo y el fin del mundo. Tratados, exégesis bÃblicas, sermones, vaticinios aislados, composiciones poéticas y representaciones iconográficas dan una idea del calado que sobre lo personal, lo social, lo polÃtico y lo religioso tuvieron las concepciones asociadas al personaje del Anticristo. Y no fue solo el hecho de que el mundo o el tiempo tuvieran su limite mas o menos preciso e inmediato, sino la enormidad de especulaciones que en torno a estos supuestos proliferaron: castigo divino a causa de los gravÃsimos pecados, conversión final de judÃos y musulmanes, milenarismo, mesianismo, papa angélico emperador escatológico, conquista de Jerusalén, monarquÃa universal...
