Nana es rubia, es guapa, estudia arquitectura, y es la niña de papá de un padre particularmente comprensivo. Moshe es actor, a medias judÃo, descendiente también de una familia de la progresÃa. Y los dos tienen veintipocos años, y se conocen y se enamoran. ¿Y qué tiene esto que ver con la polÃtica, si muy pronto el lector descubrirá que en la novela se investiga, se piensa y se habla fundamentalmente de sexo? Tal vez porque están enamorados, pero ninguno de los dos está enteramente seguro de satisfacer al otro, muy pronto en la pareja se introduce un tercer elemento, Anjali, también actriz, la mejor amiga de Adam, morena y bisexual. Y a quien le gusta mucho, muchÃsimo Nana. Que tampoco se muestra indiferente a los encantos de Anjali. Y estos jóvenes que están reinventando el mundo muchos años después de que sus padres -o quizá sus abuelos- hicieran la revolución sexual, y que están firmemente persuadidos de que un trÃo es la suprema unidad sexual, la utopÃa socialista del sexo, descubrirán que dos son compañÃa, pero tres requieren una polÃtica, una estrategia, una táctica... y un gran tráfico de influencias.
