Para el paciente operado: Puedes ayudar a los pacientes que se enfrentan a una operación contribuyendo a que se organicen en casa; poniéndote manos a la obra en los quehaceres domésticos que se acumulan durante una enfermedad (hasta hacer la colada es demasiado); preparando las comidas, y estableciendo alternativas de asistencia para el período de recuperación. Para el paciente terminal: Es importante procurar que los pacientes que se encuentran en estado grave o terminal se sientan parte esencial de su familia, comunidad o grupo de amigos. Hay muchas maneras de lograrlo: permanecer en contacto, organizar un sistema de apoyo entre amigos, entre comañeros de trabajo o entre miembros de organizaciones a las que pertenezca el paciente, o mejorar el alojamiento del paciente. Para el cuidador: A menudo el regalo que más agradece el cuidador es tiempo: tiempo para salir, para restablecer fuerzas, para ocuparse de las disposiciones más apremiantes. Si estás dispuesto a invertir tu tiempo en el cuarto del enfermo, ofrécete a acompañarlo mientras el cuidador se toma un descanso. Tan sólo una hora puede significar muchísimo. Salir una noche es aún mejor. Sugerencias maravillosamente creativas que todo el mundo puede usar. ¡Recomiendo este libro de todo corazón!