Considerada en su patria como una de las mejores novelas históricas de la literatura mundial, o también como la mejor novela rusa sobre un tema extranjero, El ángel de fuego tiene por temas centrales la exploración del mundo de la magia (que el autor conoce como pocos) y el descenso al laberinto de las pasiones. Ruprecht, lansquenete que ha tomado parte en el saco de Roma y en las primeras y peligrosas expediciones al Nuevo Mundo, hombre racional de su tiempo, formado en los debates de la Reforma, no consigue, pese a estas cualidades de aventurero y de humanista, resistirse a la fascinación paralela de Renata, mujer extraordinaria, de morbosa sensualidad, y del Diablo. Transtornado por el amor de Renata y por una atracción creciente por el mundo de lo oculto, Ruprecht va a la deriva a través de escenas de posesión, sabbats, encuentros con el Maligno, procesos inquisitoriales, evocaciones de espíritus, duelos de honor, en el escenario fabuloso de una Colonia del siglo XVI, pero busca al mismo tiempo su significado oculto vsitando a los más grandes doctores de su tiempo, como Agrippa de Nettesheim y el doctor Fausto.