Si hacemos una descripción erudita de la costa de Asturias diríamos que en el tramo del litoral cántabro-atlántico que ocupa el Principado predominan los acantilados escarpados, frente a los depósitos de arenas o gravas (playas y dunas) y a las marismas, restringidas a los estuarios. Pero Roberto Tolín ha captado en sus fotografías algo más en la franja de tierra que nos separa del mar Cantábrico: bufones emergiendo del suelo, polayas salvajes, históricos puertos pesqueros, cabos cubiertos con un manto de flores, las montañas casi reflejadas en el mar... en fin, todo lo que nos podemos encontrar al asomarnos a nuestra costa y que Belén Menéndez Solar explica de una manera rigurosa y entretenida en este libro.