La noticia de que los sombreros que tejen los internos de un remoto psiquiátrico palentino se venden en El Corte Inglés como productos artesanales de la República de Panamá es la chispa que prende la mecha de una rebelión insólita. Pese a las explicaciones del director del centro, que asegura que los beneficios de tal transacción se han dedicado íntegramente a instalar duchas en otro psiquiátrico, la sospecha de corrupción cunde entre los pacientes y, hábilmente manipulada por alguno de ellos, une a todos en la causa común del tiranicidio y la proclamación de la Libérrima República de Felicia. Luis Alberto López, sexador de pollos recluido tras asestar treinta martillazos a un colega coreano, en un confuso episodio de incomunicación y de celos, reflexiona sobre esta alucinante experiencia revolucionaria y sobre las miserias de su propia vida. Delirios de grandeza está abierta a una lectura en clave de sátira del nacionalismo, pero es también, y quizás por encima de cualquier otra cosa, una novela de amor y desamparo, una novela sobre las esperanzas inútiles y las ilusiones perdidas.