No, Casanova no es Don Juan. Y si a su paso por la España del siglo XVIII intriga y conquista, las mujeres a las que seduce son, en ocasiones, tan libertinas como él. Pero no sólo el amor y el placer fluyen por estas páginas. Se despliega también en ellas el cuadro que de la vida de los españoles nos ofrece este sutil observador, cuyas aventuras le llevan a atravesar corazones, explorar costumbres, descubrir sociedades.