El cine metaforiza la vida de distintas maneras. Y esta es la que ocupa a los psicoterapeutas. La vida, lo que les pasa a aquellos que necesitan de un psicoterapeuta, es mucho más emocionante, sin duda. Y más real, claro está. El cine es un momento al que podemos volver cuando queramos. Y podemos llevar con nosotros nuestras películas favoritas. Las que nos han dejado cierta huella. Pero de lo que no cabe duda es de que vivir es mucho más difícil. Los pacientes no son estereotipos, sino personas. Y esto supone que son complejas, con aristas e, incluso, con diversas versiones de ellos mismos. De forma paralela, cuantos más matices tengan los personajes de las películas elegidas, mejor. La trama resultará mucho más interesante, y saldremos del cine pensando que ha valido la pena el tiempo y el dinero empleado.La propuesta de los autores de los capítulos de esta obra (provenientes, todos, de distintos enfoques terapéuticos) ha sido elegir una película que, en su opinión, metaforizara, ejemplificara y, sobre todo, pusiera en la mente del lector elementos clave, a entender de cada uno, sobre la psicoterapia. Esta parece ser la excusa perfecta para desarrollar aspectos únicos del quehacer psicoterapéutico. Cada película es un magnífico ejemplo de los problemas, dilemas y posibles soluciones que plantea una disciplina...