Cameron McKenzie nunca ha conocido a nadie como ella: una guionista en paro, heroína de pacotilla, delincuente ocasional y un poco chiflada; en ocasiones una bruja y en otras, una amiga leal capaz de arriesgarlo todo. Y siempre, con las uñas y la lengua bien afiladas y dispuestas a clavarlas en él. Desde el principio supo que le traería de cabeza. Para Kitty Barret el sheriff; de Mentone se ha convertido en un problema muy serio; allá donde va, está él. Alto, atractivo, imponente y con un par de ojos verdes que amenazan con derretir todo el hielo de su corazón a pesar de su férrea resistencia.