Una ciudadanía cívica termina por generar una clase política decente, y viceversa. Es momento de ser realista. Es mucho lo que nos estamos jugando. Una gestión demagógica de la crisis puede hacer retroceder a España varias décadas, apartándola de Europa. Sin embargo, una vez situada ante la verdad, la sociedad debería estar dispuesta a hacer todos los sacrificios necesarios para consolidar un Estado de bienestar sostenible.