Esta obra se concibe como una serie de calas sobre la geografía toponímica de Castilla-La Mancha desde la perspectiva de las fuentes árabes. Su marco es, pues, la territorialidad de al-Andalus en las hoy nombradas tierras castellano-manchegas. Todos sus espacios provinciales se hallan representados: Toledo, por dos veces; la vasta extensión de Ciudad Real; Cuenca capital que vale por sí sola; la Guadalajara serrana y alcarreña y los llanos de Albacete donde se levanta la multisecular Chinchilla. El subtítulo de la obra (Geografía y Toponimia) objetiviza sus contenidos. Se trata de relacionar determinados ámbitos geográficos con su toponimia patrimonial andalusí, diversa en su carácter y origen etimológico (prerromano, latino-romance, árabo-beréber). Por eso a la vez que recorre caminos geográficos de la Región, se detiene en su toponimia, complementada casi siempre por datos históricos, arqueológicos, paisajísticos o urbanos, a veces incluso legendarios.