El lenguaje del afecto trasciende muchas veces las palabras y los gestos al expresarse diariamente a través del tacto: acariciamos para manifestar nuestro amor, palmeamos al otro en señal de gratitud y reconocimiento, o frotamos la zona dolorida del cuerpo de un niño para aliviarlo. Por eso, el masaje es una forma de instaurar ese diálogo no verbal y afectivo, ya que, desde la primera edad, el bebé recibe con amor las caricias maternas que le brindan seguridad y lo estimulan a vivir. En este libro encontrarán diversos tratamientos, como el masaje-caricia, basado en las técnicas hindúes de la medicina ayurvédica, el masaje terapéutico y el masaje-shiatsu, a partir de la milenaria técnica corporal japonesa. Padres, abuelos, maestras, estimuladoras y todas las personas dedicadas al cuidado de bebés y de niños -y especialmente de aquellos en situaciones especiales-, encontrarán en los masajes una forma de establecer un diálogo íntimo de comunicación amorosa.