Si existe una montaña pirenaica capaz de enamorar, esta es, sin duda, el Vignemale. Henry Russell le otorgó el título de Señorío, y a la sombra de sus puntas, que en España se denominaban Camachibosa , Comachibosa o Comagibosa -también Viñamala o Viñema l-, se han desarrollado tanto la más comprometida escalada pirenaica como la práctica de la pernoctación en altura, el turismo de masas, el esquí e incluso los parques nacionales galos. Durante siglos, el Vignemale ha formado una especie de trilogía fantástica , junto con el Aneto y el Monte Perdido. Alberto Martínez Embid, en la cuarta entrega de su aclamada serie de monografías pirenaicas -tras La Brecha de Rolando , Monte Perdido y Aneto -, nos propone un recorrido por la historia, la geografía, la geología, la toponimia, la cartografía, los mitos y las leyendas del Señor del Pirineo. Ilustrado con las mejores imágenes de la imponente montaña y provisto de una completísima guía de escalada con 35 vías a cargo de Ferran Latorre -uno de los alpinistas punteros y gran conocedor del Vignemale-, esta obra es, sin duda, una lectura obligada para todos los amantes de la belleza del Pirineo.
