En cierto sentido se puede decir que Boris Karloff fracasó en sus objetivos. Después de dedicar toda una vida a terrorizar el personal y a intentar inspirar odio a diestro y siniestro, se encontró convertido en uno de los actores más queridos y hasta entrañables que ha asomado por la gran pantalla. Nadie alcanzó su fama y popularidad, tanto que hoy en día, hablar de cine de terror lleva a hacerlo de sus personajes.