En María de Nazaret Marek Halter recrea la infancia y la adolescencia de María, la madre de Jesús. En la obra tiene especial importancia el personaje de Barrabás. Con tan solo ocho años María esconde en su casa a Barrabás, cuando tan solo era un ladronzuelo, salvándole de los soldados de Herodes. A partir de ese momento surgirá una amistad entre los dos niños que unirá sus vidas para siempre. María es una joven inteligente y curiosa, y decide marcharse a Magdala donde convivirá con otras mujeres que como ella desean aprender y desarrollar su intelecto. Allí aprenderá el poder curativo de las plantas, y será conocida por su especial talento a la hora de cuidar y sanar a los enfermos. María está convencida de que sólo una mujer puede traer al mundo al Liberador de Israel. Pero ser la madre de Cristo significará renunciar a tener una vida como el resto de las mujeres, al amor de su vida, Barrabás, e incluso sufrirá la incomprensión y rechazo de su padre. La historia de María termina con su entrada en Jerusalén junto con José, gran amigo de la familia que decide cuidar de ella y de su hijo. Al final de la obra el autor añade un epilogo donde nos presenta el supuesto Evangelio de María.