No nos da tregua Alfredo García Francés, y de la mano de doña Leticia, la voluptuosa amante de don Luis, nos sumerge de nuevo en la aventura de la España del emperador Carlos V. Pecado, culpa y penitencia abren y cierran esta nueva entrega de las extraordinarias andanzas de los temerarios hermanos Espinosa de los Monteros. Don Luis retorna a la Sevilla de la Casa de Contratación, de la Hermandad de los Negritos y del olor a jazmín, para de allí partir a informar de los resultados de la misión encomendada por el propio Emperador que lo había llevado a Las Indias. Misión que suponía el reencuentro con el valiente don Lucas al que veremos ahora participar en la conquista del Nuevo Mundo animado por los valores de lealtad a la Corona y a la Iglesia. Pero también viviremos el drama personal de un héroe inundado por el dolor hasta la locura, capaz de la mayor generosidad con el prójimo e igualmente de la más extrema crueldad en la consumación de su venganza. En el vértigo de la vida de don Lucas, el lector lo acompaña en sus viajes, atravesando con él mares, sierras, selvas y manglares, en lo más recóndito de Las Indias; cruzamos el límite de la cordura; enfermamos de muerte, violencia, amor y sexo. Y el marco no es otro que el devenir de la España medieval a la renacentista que Alfredo García Francés nos ofrece con maestría a través de la denodada lucha de su hidalgo segundón, el portador del secreto del Emperador. Se trata, pues, de una novela que trasciende la aventura, cuyo verdadero protagonista es el paso al mundo moderno, la crisis ideológica del hombre nuevo que se sumerge en el Renacimiento y que desde el conocimiento profundo de la época y la maestría del lenguaje nos ofrece la tercera entrega de El tiempo de las mariposas .
