La Egiptóloga es, ante todo, conocimiento de la lengua. No puede haber ningún egiptólogo que no conozca el egipcio clásico, ya se especialice en historia, religión, ciencias o arqueología, y sin embargo no existía en castellano, hasta ahora, una gramática con ejercicios, listas de signos y de vocabulario, y una antología de textos. Esto es lo que, finalmente, tiene el lector entre sus manos.