En medio de la cruel retirada de las cosas precipitándose en desorden hacia la nada y la ceniza, mi corazón naufraga en la zozobra del destino del mundo que lo cerca. ¿A dónde va ese viento y esa luz, el grito de la roja amapola inesperada, el canto de las grises gaviotas de los puertos? ¿Y qué ejército es ese que me lleva envuelto en su derrota y en su huida — fatigado rehén, yo, prisionero sin número y sin nombre, maniatado entre escuadras de gritos fugitivos — hacia la sombra donde...