Durante siglos las epidemias fueron un azote contra el cual poco y nada podía hacerse: no se sabía de dónde venían ni como y por qué se propagaban. Aún hoy, y especialmente en los días que corren mientras esto se escribe, la palabra produce pavor, si bien las epidemias actuales no tienen, ni de lejos, la ferocidad y el alcance de otros tiempos. Pero no está mal recordar que hace menos de un siglo, en 1918, una epidemia de gripe mató a millones de personas (murió más gente que en la Primera Guerra Mundial). Historia de las epidemias, a través de cuatro ejemplos emblemáticos: la peste, la sífilis, el cólera, la lepra, elabora una crónica y un relato de estos espantosos fenómenos y de lo que se hizo para –débilmente—enfrentarlos.