Los gobiernos totalitarios no se llevan bien con la cultura. La niegan, la usan, la aplastan o tratan de distorsionar sus fines y contenidos. La dictadura que padecieron los argentinos entre 1976 y 1983 no fue excepción a esta oscura ley. Los periodistas Judith Gociol y Hernán Invernizzi lo demuestran con este libro imprescindible en el que investigan lo ocurrido específicamente con el cine en los años de plomo. En los años de la dictadura no sólo se redujo la producción de películas nacionales sino que imperó una censura casi absoluta sobre cualquier expresión artística, local o extranjera. Palabras fuertes, escenas subidas de tono, ideas en general que se opusieran al curso de los acontecimientos fueron objeto de tijeretazos arbitrarios y obscenos. Los autores detallan este proceso y aportan datos inéditos, la lista completa de películas estrenadas en el período y anécdotas desconocidas sobre una censura que limitaba el acceso de la gente al cine independiente a la vez que habilitaba microcines especiales para que los militares disfrutaran de películas sin cortes.
