Miles de policías y guardias civiles dedican su vida a la lucha contra el terrorismo. En silencio. Sin desvelar su identidad. Pegados a los talones de peligrosos asesinos, fuera de su hogar durante semanas... sin que nadie lo sospeche. En la sombra. Y, junto a ellos, sus familias. Calladas también. Sufriendo cada minuto que el agente pasa fuera de casa. Temiendo lo peor... Pero igualmente en la sombra. En silencio.