En esta obra se ofrece un análisis de la situación del carlismo y su Prensa en los difíciles años de la Segunda República española. Desde la inicial división entre jaimistas, integristas y mellistas que encontramos al comenzar los años 30, hasta la reorganización interna que se consigue con la elevación de don Manuel Fal Conde a la Secretaría General de la Comunión, el carlismo gana fuerza como movimiento político de oposición, de lucha contrarrevolucionaria; expresión del sentimiento católico y tradicional. En este contexto, el Carlismo fue capaz de crear un entramado periodístico completo, amplio y superior al de cualquier otra fuerza monárquica. Periódicos como El Siglo Futuro, El Pensamiento Navarro, El Correo Catalán o El Tradicionalista, se convirtieron en el exponente de un sector social que creía en el despertar de la vieja España monárquica, tradicionalista y foral.