El 22 de julio de 1716 Donato Sorozábal, famoso salteador de caminos, fue paseado por las calles acostumbradas de Pamplona, ante la atenta mirada de los vecinos, acompañado por los mienbros de la Hermandad de la Pasión. En la Plaza de la Fruta le esperaba el cadalso. En todo momento demostró buena disposición. El silencio se hizo y el ejecutor de alta justicia procedió a darle garrote vil. Su cuerpo fue descuartizado y expuesto en las puertas de la ciudad, los caminosmás públicos y los lugares donde había efectuado sus asaltos. Atrás quedaba su captura y cárcel en Pamplona, un largo proceso judicial y tres días de angustiosa espera en la capilla de la cárcel. La captura, cárcel y tortura, azotes y marcas, horcas y garrotes, galeras y presidios fueron sólo algunas de las armas que utilizó el Estado para reprimir el crimen en la Navarra de la Edad Moderna.