En este trabajo se aborda, en conjunto, el análisis de las miradas de cada época a los restos arqueológicos de Mérida. Entendidas en su marco histórico, estas visiones particulares nos proporcionan una valiosa fuente de información que resulta imprescindible tener en cuenta como paso previo a cualquier intervención sobre el yacimiento emeritense. Esas ruinas serán los testigos mudos del nacimiento de la arqueología como disciplina científica y el objeto de estudios con metodologías cada vez más depuradas. Son ellas las que, fieles a su alma pétrea, contemplan impasibles al hombre, ave de paso, que se detiene a admirarlas a lo largo de los tiempos evocando su anterior grandeza: quanta fuit ipsa ruina docet.