Los mecanismos de protección de derechos fundamentales han acabado haciendo posible la consolidación de un estatus jurídico-constitucional de los extranjeros que no parecía previsible a la luz de la tendencia restrictiva iniciada con la crisis económica de 1973. De acuerdo con esta premisa, este libro propone ir más allá del análisis de la regulación existente en materia de inmigración, para centrarse en el proceso de construcción progresiva de esa protección de los extranjeros y de superación, en definitiva, de las dificultades que lo no nacional, plantea para el razonamiento jurídico tradicional. Para ello la autora acude al instrumento judicial (fuerte ante el caso concreto y flexible para poner remedio a la falta de soluciones jurídicas precisas y definitivas), al método comparado (que además de mostrar las diferentes respuestas dadas por los ordenamientos nacionales, reflexiona sobre los diferentes caminos seguidos por llegar a soluciones en muchas ocasiones muy parecidas en su resultado), así como a dos categorías conceptuales como son los derechos precarios y emergentes (reflejo de la tendencia oscilante y dividida de los tribunales ante el fenómeno de la inmigración).