Ver París desde el cielo es una aventura diferente, algo que el peatón no puede disfrutar. Solitario en su helicóptero, algo así como a 300 metros por encima del ritmo trepidante de la ciudad, el fotógrafo aéreo Philippe Guignard puede disfrutar de un panorama único invisible para todos los demás: el de las amplias terrazas, el de los tejados rutilantes y toda clase de detalles arquitectónicos, inaccesibles al ojo del peatón parisino. En esta obra, que ha requerido años de minucioso trabajo y decenas de horas de vuelo, se pueden ver los patios interiores de los edificios privados, con sus estanques rodeados de flores, el entusiasmo de los visitantes de las Tour Eiffel, la (rara) soledad de un peatón bajo el Arco del Triunfo... Son estas bellas y continuas indiscrecciones vistas desde las grandes alturas, las que el autor desea compartir con los lectores. Se hace un recorrido por las islas y el Marais (la infancia de París), por la rive gauche del Sena (entre cúpulas y parques), por la rive droite del Sena (leyendas y descubrimientos), y entre el centro y la periferia (París se mueve y crece).
