En este volumen se destacan temas infrecuentes o ausentes en otros textos de Archivística: la política de la administración de documentos, información y archivos; estudio de los usuarios de los documentos de archivo (planteo social); incumbencias de los archiveros en el siglo XXI, y el Apéndice que aporta bibliografía sobre temas tratados comúnmente y no desarrollados por el autor. Los documentos que usa nuestra sociedad nos rodean y sumergen. Sin ellos no podemos vivir. Esta característica, agudizada y en crecimiento continuo después de la segunda mitad del siglo XX, ¿no puede ser usada para elevar el nivel de vida democrática mientras están vigentes y activos? ¿Por qué hemos de esperar a que se conviertan en históricos para descubrir su utilización práctica? Las sociedades iberoamericanas —en mayor o menor grado— estamos padeciendo enfermedades de nuestros sistemas democráticos. Los llamados documentos de archivo, su tramitación, y la circulación de la información en ellos contenida tienen una vinculación poco observada con lo que se llama burocracia. ¿Qué pasaría si nosotros, los Administradores de Documentos y Archivos, buscáramos convertir la tramitación y la circulación de información en una red de autopistas, en vez de una telaraña? En este libro se alinean los conceptos y definiciones de los términos fundamentales de la antigua Archivística —hoy Ciencia de la Administración de los Documentos y Archivos—, en prosecución de los objetivos arriba sugeridos. De ninguna manera desconocemos o menospreciamos los aportes anteriores. Tomamos de su virtualidad y riqueza lo que nos pide el tiempo y lugar al que nos toca servir.
