En la Europa medieval abundaban las torres. Por todas partes, en la llanura y en la montaña, en las riberas del mar y en las islas, a la orilla de lagos y ríos, sobre cerros y colinas, se erigieron los fortificados castillos de orgullosos señores. Los castillos de reyes y príncipes, duques, marqueses, condes y barones, a un tiempo sedes militares y administrativas, dominaban el territorio circundante con sus caseríos y burgos rurales. En este libro se exploran los grandes castillos y la vida que en ellos transcurría y se describe la que fue característica de algunos castillos ubicados en Europa y en Tierra Santa.