El envejecimiento de la población y, en consecuencia, la mayor longevidad de las personas mayores, los cambios económicos, familiares y sociales, como son la incorporación de la mujer al mundo laboral, la disminución en la natalidad en las últimas décadas, así como otros numerosos factores, han contribuido indudablemente a un incremento en los niveles de dependencia de nuestros mayores en la sociedad actual. Por otro lado, cada vez es mayor el interés prestado a los recursos sociales, sanitarios y sociosanitarios por partes de las instituciones estatales, autonómicas y locales, públicas y privadas; interés también desplegado hacia los diferentes profesionales que trabajan en ellas tratando de dar una respuesta cercana y adecuada a este colectivo de personas.