La lucidez que Levinas opone a la ingenuidad de los buenos sentimientos proviene de constatar cómo «la evidencia de la guerra se mantiene en una civilización esencialmente hipócrita». Los tres estudios reunidos aquí se proponen rehacer el camino que lleva de una visión metafísica de la guerra al ideal de una «paz mesiánica», posible a partir de otra visión de la historia.