La autora de este libro pudo respirar cuando plasmo en el papel lo que durante toda su vida tuvo guardado en lo más profundo de su mente. Quizá por esa educación tan hitleria y “puta” que recibió lógica para los tiempos que le toco de vivir, siendo de lo que se decía antiguamente de “familia bien” donde el aparentar era casi tan indispensable como el respirar. Ahora que ya se puede hablar de malos tratos, ahora que casi se las escucha, ahora que las denuncias parece que se toman en cuenta, piensa la autora que es el momento que más de uno y más de dos se lean esta narrativa y puedan comprobar línea a línea que todo es una gran realidad. La autora por deseo propio quiere omitir sus datos, es una Señora de unos cincuenta años respetada y querida por todos los que la conocen. Una gran mayoría la conocen como Safni .