Ser un buen comunicador es una de las competencias que deberían poseer todos los docentes para ejercer la compleja y difícil tarea de enseñar. Se trata de una competencia fundamental por su transversalidad: el habla del docente es el vehículo que le sirve para relacionarse con sus estudiantes, para crear un clima emocional positivo en el aula, para explicar conceptos complejos, anécdotas y narraciones que despiertan el interés y la curiosidad de los alumnos. Este libro clasifica las estrategias discursivas, y reflexiona sobre ellas, de acuerdo con dos grandes objetivos: asegurar una relación social positiva entre docente y estudiantes y guiar el aprendizaje.