Si fuese preciso destacar una sola cumbre de todo el Pirineo, seguro que el grueso de los consultados se decantaría por el Aneto. No es únicamente la cúspide de esta cordillera, sino que constituye el epicentro de los llamados Montes Malditos, el corazón de un universo deslumbrante de hielo y granito. Además de la incuestionable personalidad de estas montañas, que se alzan a caballo entre la vega del Ésera y la del Noguera Ribagorzana, es preciso añadir a la balanza el peso enorme que tanto el Aneto como sus acólicos tienen dentro de la historia del pirineísmo. El valor de una tradición de más de dos siglos de antigüedad se siente con cada metro que se asciende. No vamos a hollar unas rocas vulgares; eso está más que claro. Aun con todo, a pesar de los esfuerzos ya acometidos, no siempre parece que los visitantes del reino del Aneto acudan a sus cimas, paredes y aristas con la información que se precisa. Así nace esta guía, en la que se pretenden aunar datos prácticos y reseñas sencillas, junto con los motivos que han impulsado a coronar a esta cumbre como el Monarca de los Pirineos.