El refinamiento del banquete se detuvo cuando el príncipe alargó la mano para tocar la de Ricci con las siguientes palabras: Cuando hombres nobles de gran virtud se dignan a pasar a mi tierra, no hay ocasión en que no los invite, les trate como amigos y los honre. El gran Occidente es la tierra de la moralidad y la justicia: quisiera escuchar qué piensa de la amistad. Sobre estas palabras Ricci anotó en su bitácora: Yo, Matteo, me retiré con obsequios, escribí aquello que había escuchado desde niño, compuse un opúsculo sobre la amistad y lo presenté con respeto.