Muchos de nosotros vamos cargados con un pesado equipaje emocional. Esto no tiene por qué ser así, ya que Jesús dice: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados. Podemos abrir la mochila de nuestra vida y dirigirnos con nuestra carga a Jesús (una carga de culpa, un estilo de vida negativo, preocupaciones, estrés continuo, amargura, una imagen de Dios equivocada o cualquier otra cosa). Jesús promete: yo os haré descansar.