Marruecos es un país desconcertante cuyo nombre nos evoca los palacios chirifianos rodeados de suntuosos jardines, los zocos con su misterioso olor a especias, los arranca-dientes en Marrakech, los encantadores de serpientes, la fantasía... Cuando visitamos Marruecos, nos extraña comprobar que todas estas imágenes de prospecto turístico se corresponden siempre con la realidad. Basta con separarse unos pocos kilómetros de los circuitos turísticos demasiado tradicionales. Detrás de esta fachada occidental, podremos descubrir un país árabe-musulmán muy apegado a sus tradiciones: el Corán salmodiado por la televisión, los almuecines llamando a la plegaria, un ramadán estrictamente observado en público, una miseria secular y unas formas de vida que en determinados lugares no ha cambiado desde la Edad Media. Esto es lo que el turismo llama un país de contrastes. Las famosas guías de viaje de Routard, conocidas en España como la Trotamundos, llevan ya mucho tiempo acompañando a los viajeros de mochila y espíritu aventurero. Esta guía es fruto de un extenso trabajo de campo, actualizado regularmente por un equipo de 17 viajeros-redactores y 80 colaboradores. Contiene información general, como las mejores direcciones para comer y alojarse en función de cada presupuesto o los mejores locales para tomar una copa, escuchar música o bailar. Además nos invita a hacer un recorrido por la historia y la sociedad actual del país.